lunes, 26 de abril de 2010

Vive más...

De un tiempo a la fecha he percibido en el vox populi una constante referencia al tema del 2012 y sus múltiples connotaciones, algunas catastróficas, otras trascendentes; pero todas insistentes en que el mundo –tal y como lo conocemos- terminará, se transformará o modificará su alineación cósmica. Variantes de este tópico hay cientos y no pretendo ahondar ahora en este tema más de lo estrictamente necesario. A quien le interese hacerlo, que lo investigue a fondo (si es que le alcanza el tiempo, ¡ja!).

Lo que me parece rescatable del asunto son las múltiples creencias y corrientes que abogan por la Armonía Cósmica, la búsqueda del Ser Interior, la homogenización de la frecuencia vibratoria de los Entes o la evolución de la Conciencia del Ser. No, nada de eso requiere de sustancias psicotrópicas para su comprensión, dichas creencias se sustentan en la intuición espiritual del “más allá” en el “más acá”. Llámenle Iluminación, Gracia Divina o Meditación Trascendental; el caso es que el viaje al interior es lo de hoy; eso sí, hay que hacerlo antes que el destino o el Apocalipsis del 2012 nos alcance.

Si en el fondo todos venimos del mismo soplo de vida, o compartimos la misma sangre ancestral del eslabón perdido, o nacimos del Uno y a El regresaremos (como abogaban Plotino y sus secuaces), poco debería sorprenderme el hecho de haber encontrado al joven Skywalker escondido tras la silueta de mi entrañable –y desaparecido en acción- Darth Vader. En el juego de luz y sombras, a veces olvidamos asumir como propias ambas realidades de la misma esencia humana, pues entre el blanco y el negro, todos caminamos siempre por una interminable gama de grises. La dicotomía del ser, la eterna lucha de poderes entre el bien y el mal, sólo puede encontrar solución desde la unidad de la Conciencia. Parafraseando la canción del grupo Fobia: “lo que hace falta es una re-evolución” interna.

Y como un poco de luz no le hace daño a nadie, dejé en libertad a Skywalker para que se realizara a su antojo en mi hogar. Con la espada láser en mano decoró las paredes de mi casa con metáforas de armonía y optimismo, todas ellas producto del viaje a uno mismo para el que compré billete hace tiempo.

Por sugerencia de mi diseñadora de interiores a quien le gustó la decoración, comparto lo que encontré escrito en mis muros:

Vive más...

Cuando una estrella fugaz
rompe esta noche sin luces,
una voz clara y dulce
me susurra: vive más...

Vive... con alas abiertas,
sin rencor, sin amargura,
rompe viejas ataduras
y libera tus promesas.

Vive... surcando los cielos
y arañando el horizonte,
con la fuerza de un roble
que nunca le teme al trueno.

Vive... confiando en ti mismo,
sonriendo a la tempestad,
que tu fuerte voluntad
sorteará cualquier abismo.

Vive... deseando vivir
anhela brillar en lo alto
sin rencores en las manos
vive... sin miedo a morir.

Vive... pendiente del hoy
en el presente del alma;
la certeza del mañana
sólo la conoce Dios.

Vive... pronto y fugaz
que la vida no regresa;
llora, ama, pide, sueña,
y en tu realidad, vive más...

Karima Dávila

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